Relatwiter   Leave a comment

RELATWITER  -Camila Celis y Yuly Martínez-

Relatwiter, palabra liviana para contenidos pesados

Camila Celis y Yuly Martínez

Hablar de wikis, de redes sociales y de espacios virtuales en el aula de clases, resulta atractivo e innovador. Igualmente, hablar de literatura dentro de aquél espacio, suena curioso y en ocasiones extraño. Las tecnologías de la información y la comunicación, han sido hoy en día las encargadas de motivar, en su multiplicidad de opciones, a los estudiantes en el abordaje de temáticas, que en la mayoría de los casos se tornaban aburridoras y repetitivas. De ahí, que desde la perspectiva del alumno no se piense sólo en el cómo y de qué manera emplearlas, sino hasta qué punto ellos mismos, las pueden dejar de utilizar.

Cuando se pronuncia la palabra Relatwiter, producto de la unificación de relato en este caso, digital y Twitter; surge cierta musicalidad emanada por esta última de manera agradable e inclusive, chistosa. Para algunas personas pueda que sea desconocida y para otras, nos referimos, a los que no saben hablar inglés, pueda que ni se atrevan a pronunciarla. Sin embargo, está presente desde cualquier computador, y para todo el personal que a ello, quiera acceder.

Pues bien, la palabra relato digital desde lo que propone Jaime Alejandro Rodríguez Ruíz,  (1) parte de la creación auténtica de un texto o mejor, hipertexto que puede llevar a cabo una persona cualquiera que sea su ocupación, con el fin de que circule por la web a toda la humanidad sin importancia de tiempo o espacio. Dicho mecanismo de circulación adjunto al  hipertexto como tal, genera una nueva pragmática en la que la relación entre el escritor, el mensaje y el lector, interactúan de forma real y placentera. Lo anterior, se hace con el fin de que la propuesta que deje plasmada el escritor deje abiertas las posibilidades de continuación y posible finalidad de la historia.

A su vez, lo anterior cuenta con cuatro elementos de orden mediático, que hacen referencia a lo técnico,  el diseño, lo estético y lo filosófico, que respectivamente, tienen que ver con la habilidad del computador y las herramientas que él brinda, para la transformación  e interpretación particular de lo que está propuesto.

Por su parte, Twitter (4) es una red social que tiene como particularidad el envío de mensajes instantáneos con una capacidad de 140 caracteres por cada twitteo (envío). Muchas personas suelen utilizarlo para dar a conocer lo que se está haciendo o pensando segundo tras segundo, sin costo alguno. En Twitter, se pueden encontrar páginas de política, de religión de educación, de famosos, etc. y sus rasgos sobresalientes son primero, registrarse con una cuenta de correo electrónico, y después, disfrutar de las posibilidades de seguir gente y que lo sigan. Twitter, cuenta con un perfil elegido por el dueño de la cuenta, como también con la  llegada o salida de tweets (mensajes), que deben personalizarse  al inicio con un “@”, y al final con el nombre característico de otros usuarios. Por último, se permite también la circulación de fotografías y videos.

Ahora bien, Relatwiter entonces es la creación de relatos  que circulan por Twitter y que quedan a disposición del lector, con el fin de ser leídos, modificados y terminados si así se quiere; A su vez, se desligan un poco de la forma tradicional y física del libro que se venía leyendo, además de la forma pasiva en la que el lector realizaba su proceso de lectura, convirtiéndolo todo en algo más mediático y divertido.

Un ejemplo que sin lugar a dudas no puede dejarse por fuera de este recorrido es el de su precursor Juan Andrés Muñoz, (3) quien tras el emprender el proceso de lanzar algunos tweets que daban inicio a contar una historia a sus seguidores en Twitter, logró armar un relato en tan sólo cuatro días, y aunque la circulación de los tweets, se presentaban con algunos errores de ortografía o confusión en los nombres, su proyecto finalizó con la obtención de excelentes resultados. Juan Andrés Muñoz, partió de la hipótesis de que utilizando Twitter, se podía crear un relato coherente. De ahí, que constatara el hecho de ser un experimento pionero. También agrega que la idea  surgió de lo expuesto tiempo atrás por surrealistas, lo interesante fue la concentración en el relato, el hilo conductor de la historia y no la posible deliberación de ideas de forma incoherente y sin sentido.

Otros ejemplos que se pueden traer a colación en este momento con circulación de estos hipertextos, son precisamente lo que divulga la biblioteca virtual Miguel de Cervantes, (5) en la que  para su elaboración, se cuenta con multiplicidad de sinónimos que  aunados los unos con los otros, es posible consolidar pequeñas historias con sentido; como también, la implementación de poemas japoneses o haiku, con características de la cantidad de versos de manera delimitada. Por último, algunas cuentas han llegado a encargarse de la divulgación de obras literarias completas como es el caso de 62 modelo para armar  de Julio Cortázar, con la que diariamente se envía un tweet con un fragmento que años después, daría como resultado la lectura total de la obra.

Así, se presentan otras tantas propuestas que desde el aula de clases, pueden ser estudiadas y por supuesto modelos de creación para los estudiantes. Del mismo modo, la posibilidad de que las personas creen textos utilizando esta red social queda abierta a la humanidad entera, y es importante aclarar que por medio de pequeñas cantidades de palabras, hay extensas significaciones, con sentido y con ideas depositadas en Twitter traducidas en creatividad,  fantasía, tiempo y capacidades para elaborar nuevas formas de percibir y representar el mundo. En este caso, literatura: minicuento, poemas, cuentos, novelas, entre otros.

En otras palabras, como lo plantea el grupo himini, (2) se potencia el desarrollo y creación de nuevos ambientes, en donde el conocer de manera activa, distinta e innovadora, respete los ritmos de aprendizaje  de cada estudiante y genere posibilidades de elección, de ubicación y de participación, a partir de reglas que proponen los usuarios y de contenidos enmarcados por las necesidades del lector actual y su vinculación-interacción en el mundo.

REFERENCIAS

–         (1) Teoría, práctica y enseñanza del hipertexto de ficción: El relato digital. Por Jaime Alejandro Rodríguez Ruíz.

–         (2) La didáctica del minicuento y su desarrollo en ambientes hipermediales. Henry Gonzáles M. Patricia Duarte A. Grupo Himini. Universidad pedagógica nacional, 2006

–         (3)El relatweet: un mosaico narrativo con teselas de 140 caracteres. Juan Andrés Muñoz

–         (4) www.twitter.com

–         (5) http://webliter.blogspot.com/p/escritura-automatica.html


El relatweet: un mosaico narrativo con teselas de 140 caracteres

Juan Andrés Muñoz

 

Desde que existe el hombre, un ser social por naturaleza, existe la idea de colaboración, de trabajar juntos para conseguir un fin que, por cuenta individual, sería difícil de lograr. Se aprecia en los primeros testimonios del arte rupestre, en cuevas como las de Lascaux, en Francia, en las que aparecen grupos de humanos cazando animales. Desde entonces, los hombres colaboran en actividades que van desde las más primarias, como es el conseguir el sustento, a las más elevadas, como es el arte. Las nuevas tecnologías han abierto una nueva veta de posibili- dades de colaboración que hace unos años no se podían imaginar. Internet permite conectar a millones de personas, separadas por miles de kilómetros, inmersas en culturas diversas, y facilitar esta colaboración, que se ha hecho aún más accesible con herramientas, como las redes sociales, y otros instrumentos, como los wikis.

En esta idea de colaboración propiciada por la tecnología se inserta el relatweet, un experimento narrativo que busca explorar la posibili- dad de crear orgánicamente un relato coherente a partir de fragmentos narrativos de menos de 140 caracteres a través de la red social Twitter. De Twitter me llamaba la atención su compleja simplicidad y su enor- me potencial creativo, siguiendo la idea de Dom Sagolla (2009) según la cual, “al unir menciones (y hashtags en algunos casos), Twitter es la forma más fácil y rápida de producir hipertexto. Hay que recordar que las redes de datos móviles son omnipresentes en Estados Unidos y Europa, por ejemplo, pero el mundo en desarrollo estará limitado a los SMS durante algún tiempo en el futuro” (p. 71).

Aunque no se concibió como un experimento científico, había una hipótesis clara, y es que se puede crear un relato coherente utilizando Twitter. El resultado así lo demostró, aunque para ello hubo que ejercer una autoridad narrativa o criterio editorial. Sin embargo, el objetivo no era obtener datos cuantitativos ni manipular variables, ni siquiera replicarlo. Fue simplemente la encarnación de una inquietud.

Relatweet se inspiró en cierta medida en el juego “cadáver exqui- sito” que los surrealistas aprovecharon de los años 20, cuando figuras del arte y la literatura, como Yves Tanguy, Jacques Prevert, Benjamin Peret, Chateau Yquem y André Breton, se juntaban para divertirse con sus ocurrencias. El cadáver exquisito era una técnica de creación ar- tística colectiva en la que cada individuo aportaba secuencialmente su composición, siguiendo unas reglas acordadas por el grupo. Para ello, por ejemplo, cada uno tomaba un papel y a continuación escribía su respuesta a una instrucción, por ejemplo, “escribir un artículo”, “escribir un sustantivo”, “escribir un verbo”, etcétera. Luego, doblaban el papel para ocultar lo que acababan de escribir y lo pasaban a otro. Después de la siguiente instrucción, volvían a escribir una respuesta, doblaban de nuevo el papel y lo pasaban a otro, y así hasta terminar las instruc- ciones. Al final, se leía en voz alta el resultado de la composición, que a veces también utilizaban como el principio de una narración o relato. A aquellos surrealistas les unía el inconformismo y el desprecio de toda norma, así como un gran sentido del humor. Cuenta Bretón (1930) que “con el Cadáver Exquisito teníamos a nuestra orden una forma infalible de mantener en suspenso el intelecto crítico y de liberar completamente la actividad metafórica de la mente” (pp. 5-7).

En su libro 140 characters, a style guide for the short form, D. Sagolla también relaciona las posiblidades de Twitter con el taller de literatura potencial (Oulipo, acrónimo del francés Ouvroir de Littérature Poten- tielle) y que se define como “una agrupación informal de escritores que crean obras de arte utilizando técnicas de escritura con limitaciones” (p. 76), limitaciones que precisamente son las que generan la inspi- ración. En el caso del relatweet, el objetivo es el mismo: fomentar la creatividad de los usuarios a partir de las restricciones impuestas por una herramienta constreñida como es Twitter. Como dice el profesor José Luis Orihuela en el prólogo del relatweet:

… a medio camino entre la narrativa y los juegos se va construyendo el territorio de la hiperficción: el ámbito de los nuevos géneros alum- brado por las sinergias emergentes entre textos, autores y tecnología… El resultado ha sido un relato, seguramente surrealista, pero que nos da pistas acerca de las posibilidades y las limitaciones de la llamada inteligencia colectiva aplicada a la creación de ficción.

Cómo surgió la idea

La génesis del relatweet la conté en una entrada que publiqué en mi blog http://www.allendegui.com, el 30 de noviembre de 2009 y que repro- duzco a continuación:

Hace unas semanas, dando saltos sobre una cama elástica, se me ocu- rrió la idea de escribir una novela con la colaboración de la twitosfera, un ejercicio cooperativo a gran escala para crear un gran relato a base de mensajes de menos de 140 caracteres. Dejé reposar la idea, porque cualquier cosa que se conciba botando sobre una cama elástica es sus- ceptible de ser fruto de un cortocircuito cerebral.

Así que después de darle vueltas, creo que vale la pena intentarlo, aun- que bajando las expectativas. En lugar de una novela, voy a proponer crear un relato a través de Twitter. Propondré un tweet inicial para que despierte la imaginación y cada uno escriba los subsiguientes, hasta lle- gar a un final. Para que vuestros tweets formen parte del relato, deberán llevar el hashtag #relatweet, y antes de escribir uno, tendréis que leer los anteriores para seguir el hilo argumental. Podéis escribir cuantos tweets queráis. Al final de cada día, recopilaré todos en mi blog, y ahí se irá acumulando el relato. Cuando lo terminemos, lo publicaré en un documento pdf para goce y disfrute de toda la twitosfera.

Para facilitar el seguimiento diario, os recomiendo que hagáis un saved search del hashtag #relatweet y así podréis ir viendo los tweets que se han publicado. Pues nada, ahí lanzo la apuesta. Espero que salga adelante. Será muy interesante ver el rumbo que sigue el relato. Ahí va el tweet inicial:

Se despertó sobresaltado, sudoroso entre un hojaldre de sábanas. Extendió la mano, y a tientas encontró el frasco con su pastilla #relatweet.

Como explica la entrada, la idea original era crear una novela, pero al reflexionar sobre las implicaciones que eso tendría lo descarté. Por un lado, requería un altísimo compromiso de participación de los lectores, del que no tenía una certeza; por otro, suponía un enorme de- safío de organización, muy prolongado, que con el paso del tiempo no haría más que complicarse, y además, por las propias características de Twitter, se haría difícil el seguimiento de los tweets y correría peligro la coherencia de la narración.

 

El desarrollo del relatweet


La primera jornada del relatweet fue un éxito de respuesta y participación, con un total de 52 tweets. Así lo describía en otro post al día siguiente:

Empezó como un experimento incierto, pero el relatweet se está poniendo interesante. Acabo de hacer la consolidación del primer día de colaboraciones y ha salido un texto bastante coherente. Aquí lo podéis leer. Tuve que eliminar un par de tweets que quedaban fuera de la línea argumental y por ello pido disculpas a los que los escribieron. También hice ediciones mínimas para poner comas, puntos y tildes. Pero el re- sultado ha sido mejor del esperado. A todos os doy las gracias por la colaboración. La clave será mantener el compromiso durante los próximos días. Si seguimos a este ritmo, podríamos llegar a tener una novela.

Una observación. He detectado cautela a la hora de hacer avanzar el relato. No tengáis miedo de mover la línea argumental hacia donde se os ocurra. Ni tampoco de escribir dos, tres o más tweets consecutivos. Es parte del experimento. También es importante leer bien los tweets previos antes de escribir uno, y mantener una visión de conjunto del relato. Mucho ánimo y a seguir escribiendo.

El relatweet: un mosaico narrativo con teselas de 140 caracteres

Las claves del éxito inicial estuvieron en la novedad y propuesta del proyecto, en la labor de promoción que hicieron algunos usuarios de Twitter con un alto volumen de seguidores, como es el caso de @jlori, quien incluso publicó una entrada en su popular blog http://www.ecuaderno. com, y en la calidad de los primeros tweets, que hacían presagiar un interesante relato. En la segunda jornada, el nivel de participación cayó ligeramente a 45 tweets, una tendencia que se agudizó en el tercero, con 22 tweets, y me hizo temer por el futuro del relato, lo que precipitó la fijación de un plazo. Después del tercer día, el 3 de diciembre estas eran mis impresiones:

Acabo de publicar el tercer capítulo del relatweet. La trama ha ido avanzando. Está siendo un experimento muy interesante y llegó el momento de ponerle un plazo para terminarlo. La idea es que este jueves escribamos el cuarto capítulo para rematar la historia el viernes. A los que habéis colaborado con el relato, os animo a seguir haciéndolo. A los que todavía no han escrito nada, os invito a hacerlo de aquí al viernes. En la cabecera del blog he incluido un enlace al relatweet para que podáis leer los tres primeros capítulos. Una vez terminado el texto, lo publicaremos en formato pdf para su distribución. Así que id pensando en un título y, los artistas, en una portada. Estamos en la recta final de un proyecto pionero.

Diariamente publiqué los capítulos consolidados, hasta llegar al viernes 4 de diciembre, en el que di el ultimátum: “Hoy viernes es el último día para terminar el relatweet. Los que no habéis participado tenéis vuestra última oportunidad de hacerlo e inscribir vuestro nombre en la historia de Twitter. Os dejo el primer párrafo y el enlace a lo que se lleva escrito para que os inspiréis en el final”.

Esta última invitación a participar animó a más gente y en total se escribieron 40 nuevos tweets con los que concluyó el relato. La gran dificultad de este último día fue poner el cierre al texto, ya que ninguno de los participantes se atrevía a asumir esa responsabilidad, de ahí el final surrealista de “Terminálo vos”, que no es más que un fiel reflejo de lo que fue la gestación y desarrollo del texto.

En un momento llegué a considerar hacer también una portada colaborativa para el relato, en la que cada tuitero fuera introduciendo cambios y modificaciones a un archivo gráfico original y que se fuera circulando por Twitter, pero la descarté por las dificultades técnicas que entrañaba y el retraso que podría implicar en la publicación del relato. También consideré lanzar un concurso en Twitter para que se presentaran ideas de portadas y que los propios participantes en el relato votaran por su favorita, pero por los mismos motivos la idea quedó desechada. Al final, la diseñó mi hermano, el ilustrador Javier Muñoz.


Cómo se desarrollaron las reglas

Aunque la idea original del relato contemplaba unas reglas mínimas, esbozadas en el post original, la experiencia del primer día sirvió para afinarlas e incorporar algunas más, bien por iniciativa del impulsor del relatweet, bien por iniciativa de los propios participantes. Aunque en un principio no tenía claro si sería necesario imponer un plazo (pues confiaba en que el propio desarrollo orgánico del relato llegara natural- mente a un fin), la experiencia de los primeros días aconsejó limitarlo a una semana, por tres motivos: en primer lugar, por la inversión diaria de tiempo que requería la edición y consolidación de los tweets en la línea argumental; en segundo lugar, para evitar que el relato languideciera y terminara muriendo sin llegar a un final; y tercero, para motivar a los lectores con una meta cercana y alcanzable, algo clave, teniendo en cuenta el corto espacio de atención que tienen los usuarios de Twitter. Precisamente con ese objetivo, el de mantener el interés y el foco, realicé durante los cinco días que duró el relato una intensa tarea de promoción a través de tweets diarios que informaban del avance del proyecto y alen- taban a participar, y con entradas en el blog en las que consolidaba las aportaciones del día para motivar a los participantes con algo tangible. También publiqué las actualizaciones en Facebook. Era fundamental que vieran que la narración prosperaba y tomaba forma.

Por su parte, los participantes crearon sus propias reglas, como re- petir al principio de cada tweet las últimas palabras del anterior, para así explicitar la navegación y hacer inequívoca la línea argumental.

Como organizador del relato y, en cierta forma quizás, contra- diciendo el espíritu del relatweet, tuve que actuar en ocasiones para enderezar el rumbo narrativo, porque de una manera inconsciente yo mismo me iba forjando una idea de hacia dónde iba el relato, siguiendo lo que Aristóteles llamaba kata to eikos, según la necesidad interna de la obra. De ahí que, en algunas ocasiones, al detectar un tweet que po- día “torcer” la línea argumental o poner en peligro la calidad literaria, actué escribiendo algún “tweet enderezador” para reencauzarlo. Y los propios usuarios se encargaron de rectificar el rumbo de la narración cuando alguno introdujo elementos confusos o incoherentes con el re- lato general, utilizando recursos narrativos como sueños para justificar salidas de la línea argumental.

Por otro lado, el carácter colectivo del relato hizo, por ejemplo, que los participantes fueran reticentes a introducir giros drásticos en la acción, posiblemente por miedo a condicionar demasiado una obra que se sentía como conjunta y de responsabilidad compartida. Esa reticencia a actuar con asertividad se reflejó a la hora de poner fin al relato, como si nadie quisiera ponerle punto final sin una sanción social, por lo que tuvo que ser el impulsor el que también propiciara su conclusión, después de cumplido el plazo de cinco días.

La concentración de los participantes en el desarrollo de la trama hizo que se pasaran por alto aspectos narrativos tan elementales como el nombre del protagonista principal y o cambiarle el nombre a la prota- gonista en varias ocasiones. Además, se abren vías narrativas que luego se dejan abandonadas, quizás porque no todos los contribuyentes leían todos los tweets previos antes de aportar el suyo.

En algunos tweets queda patente la experiencia de los participan- tes y del propio medio en que se realizó, Twitter, con numerosas refe- rencias y alusiones a las redes sociales y a la tecnología: “Encendió su blackberry y en Twitter anunció que comenzaba una nueva obra que pondría fin a una sequía creativa de varias semanas”.

La localización geográfica y la diferencia horaria de los colabo- radores dificultaron la participación y el seguimiento del relato. Unos escribían por la mañana, otros por la tarde o por la noche, según su localización y sus hábitos de uso de Twitter, de tal manera que cuando regresaban al día siguiente para participar en el relato, se encontraban con una situación narrativa muy diferente y ante unas expectativas dis- tintas. Precisamente en estas asincronías y circunstancias diversas reside parte del interés de la experiencia del relatweet.

Por las características del relatweet, los usuarios pueden escribir sentados en una computadora, en el trabajo o en casa, o bien desde su teléfono móvil mientras caminan por una calle de una gran ciudad, mientras esperan una cita en el dentista, en el cuarto de baño… Esto genera un sistema con una dinámica muy inte- resante, ya que el autor o los autores no están limitados geográficamente a un escritorio o están mentalmente en una actitud de creación literaria, con un propósito definido, como ocurre tradicionalmente en la creación literaria, sino que están inmersos en actividades distintas, condicionados por unas circunstancias de espacio y tiempo muy diversas, que repercu- ten en los textos que producen. Y no solo eso. Como se trata de una obra colectiva, esas situaciones, circunstancias o estados de ánimo de cada autor concreto repercuten en el resto de colaboradores, que se inspiran en lo que ha escrito el otro, sumándole su cúmulo de circunstancias. Al final, el producto es resultado de gran número de variables, que po- drían haber sido muy distintas, de haberse iniciado el relato en tiempo o momento diferente. Si el relatweet hubiera comenzado otro día, a otra hora, en otra semana, podemos decir que el resultado hubiera sido muy distinto. Un mismo tweet original, expuesto ante cientos o miles de lec- tores potenciales puede producir una reacción completamente distinta, según las circunstancias de cada uno. Al llegar a tanta gente, alguno puede sentirse directamente interpelado por el contenido de los tweets, quizás porque desentierra o evoca alguna experiencia personal pasada o activa una respuesta en su cerebro, y eso condiciona el resto del relato, lo dinamita. Y ahí radica el interés de esta forma de creación.

Desde otro punto de vista, el relatweet es también una experiencia muy rica, por el manejo del lenguaje. Gracias a la diversidad de los cola- boradores, el relato incluyó expresiones y modismos propios de los distin- tos castellanos de Iberoamérica, así como distintos registros del lenguaje, según la clase social y la formación de los participantes. Pero un análisis más profundo de este aspecto queda fuera del enfoque de este capítulo.

Los participantes: su motivación y el resultado

En la elaboración del relatweet participaron 39 usuarios de Twitter de al menos siete países: Argentina, Chile, Ecuador, España, México, Perú y Venezuela. El relato comenzó a escribirse el 29 de noviembre a las 11:11 p.m. y se terminó a las 7:19 p.m. del 4 de diciembre, y en total se utilizaron 214 tweets para completarlo. Más de seis meses después de la experiencia se envió un cuestionario a cada uno de ellos sobre los motivos que los animaron a tomar parte y sobre el resultado final, entre otras inquietudes. Las respuestas que se dieron son muy ilustrativas y dan luces al conjunto del relato.

Sobre la motivación, varios usuarios mencionaron la afición a la escritura y el interés por crear algo colectivo, por sentirse parte de una iniciativa grupal. @Dlopezmirantes dijo: “es impresionante cómo perso- nas alejadas miles de kilómetros unas de otras y con escaso o nulo con- tacto anterior al relato pueden crear algo coherente e interesante”. Para @sintomatico, la motivación vino de “la idea de sentirse creador de algo, y de hacerlo de forma conjunta: la idea de sentirse parte de un grupo”. A otros les llamó la atención el aspecto de desafío, al utilizar una herra- mienta nueva y con limitaciones para crear algo coherente: “Me pareció casi imposible de sacar adelante. El casi me sedujo” (@DanielHeras); la curiosidad propia de un experimento: “Quería ver cómo andaba un relato así. Soy bastante desconfiado de las creaciones colectivas y quería ver qué tanto se complicaba o desvirtuaba el texto” (@jlmejia), “por saber cómo respondería otra persona a una situación creada por mí” (@sanchez_jo- semi:); el participar en algo original y novedoso, o incluso el aspecto más lúdico de pasatiempo y diversión.

La segunda pregunta del cuestionario buscaba saber qué aspecto de la experiencia les había llamado más la atención. Para la mayoría, lo más sorprendente fue el alto nivel de participación, la diversidad, la calidad y la originalidad de algunos de los tweets, y la integración de cada una de las partes en el todo, de una forma más o menos coherente.

Otro aspecto que se destacó fueron los cambios drásticos y repenti- nos en la narración, como explicó @pepeveron: “la historia daba excesi- vos bandazos, creo que debido a que en el mismo momento se escribían posibilidades diferentes y después había quien seguía un hilo u otro… hasta que se recomponía la cosa”. También es interesante la respuesta de @sintomatico, que destaca “la actitud de los participantes. Lo poco que importaba el personaje principal. El protagonista al final era un millón en uno, por eso su historia en el fondo no era importante, ni coherente, porque era nuestra historia. En este relato tuitero lo importante era el proceso y la participación, no el destino ni el sentido. En ese sentido, es una buena metáfora de Internet”.

También me interesó saber si los participantes se conocían entre sí y cómo se habían enterado de la existencia del relato. La mayoría no conocía a los demás escritores y varios dijeron haberse enterado gracias a un “Retweet” de @jlori, un tuitero con un alto número de seguidores, y en muy pocos casos los participantes se conocían en persona.

Sobre si volverían a participar en otro relatweet, la gran mayoría expresó su deseo con gran convencimiento y algunos rescataron un aspecto de aprendizaje para una futura participación, como @mobis: “Quizá ahora [lo haría] con menos pudor y habiendo aprendido que lo importante es crear tweets que cuenten cosas, que impriman acción al relato”, o como @lamarmar: “me dejaría llevar más, sería más au- daz, siento que por momentos actué con demasiada cautela para no corromper la historia”.

 

Solo tres participantes expresaron que no volverían a participar. A @danielheras fue el resultado final el que no lo convenció. @Sanchez_ josemi, por su parte, lo vio como una curiosidad satisfecha: “Después de esta experiencia ya satisfice la curiosidad. No volvería a participar porque creo que no se puede construir nada viable. No así”. Por últi- mo, @interdigi se mostró más dubitativo sobre una futura participación: “No sé si participaría otra vez, no fue una decisión muy meditada sino cuestión de ese momento”.

 

También son interesantes las opiniones de los participantes sobre el resultado final del relato. Para un grupo, el relatweet carece de calidad como obra literaria; así, @sanchez_josemi dijo que “la historia en sí nadie se la leería nunca. Es una mala historia. No tienen ni pies ni cabeza. Las historias necesitan principios, nudos y desenlaces y cosas de esas que de esta manera son imposibles. No se puede construir una historia así. Sin planificación etc. Supongo que era algo curioso para hacer durante un día, pero algo imposible de seguir. Fue simplemente un divertimento”.

 

Sin embargo, dentro de los que cuestionan su nivel narrativo, hay quienes destacan que por encima de ello está el proceso creativo, como es el caso de sintomatico: “Desde el punto de vista literario, me pa- reció regular. Pero me encantó el proceso”; o @dlopezmirantes: “El resultado final me parece excelente, si se tiene en cuenta el proceso creativo. Para un relato normal, consideraría la historia un poco flo- ja”; y otros, como @jlmejia, plantearon sugerencias para solucionar este defecto. “Creo que si la experiencia se llevara a cabo entre un grupo más reducido y entre personas vinculadas a las letras más o menos pro- fesionalmente se obtendría un producto mucho más elaborado, pero entiendo que esa no era la idea”, dijo. Para @Mobis, los participantes se atascaron muchas veces en “descripciones eternas” y por eso sugirió “la próxima vez darle un poco más de ritmo a la acción”.

 

Tres de los participantes atribuyeron al “ego” de algunos tuiteros los problemas de coherencia en el texto. “Hubo participantes más preocupa- dos en demostrar personalmente su ‘altura’ y ‘exquisitez’ literaria que en crear un relato colectivo”, criticó @dlopezmirantes. “Siempre hay un ego que distorsiona el resultado final”, comentó @julioptr en la misma línea.

 

En contraste, hubo otro grupo de participantes que elogió el resulta- do final, a pesar de lo caótico del proceso, y lo consideró “una entretenida y novedosa opera prima. Un buen relato”, en palabras de @gentedein- ternet. A @lamarmar, el resultado final le “gustó en conjunto, y salvo algún pequeño desliz, como confundir nombres o lugares, el resto fue nada caótico, más bien muy ordenado y con cierta lógica”. Por su parte, @Morganna afirmó que el resultado fue “sorprendentemente legible, en- tretenido hasta el punto de despertar la curiosidad por conocer un final acorde con la locura de su desarrollo, y que terminó arrancándome una sonrisa”. La valoración de @jlori resume muy bien el desafío que entra- ñaba el relatweet: “Interesante, pero mejorable. La coherencia interna de un relato generado por multitud de autores y restringido a piezas de hasta 140 caracteres”, no es algo sencillo de lograr.

 

Finalmente, se preguntó a los participantes sobre la mecánica y la organización del relatweet. En las respuestas quedaron en evidencia algunos de los problemas y obstáculos que enfrenta una iniciativa de este estilo, pero también la noción de que lo importante es la libertad creativa, la interacción social y la idea de experimento, por encima de la calidad literaria del producto final.

 

“La organización y reglas se dieron con el mismo avance del rela- to. Organizarlo previamente es poner límites a lo que cada uno puede aportar, y si hablamos de Twitter, de un relato colectivo y la búsqueda de participación de muchos usuarios, lo importante es proponer y que la organización se desprenda a medida que se encuentran los escollos y que los mismos usuarios se encarguen de subsanar los errores o desper- fectos”, comentó @mmaccio. “Parte del encanto es la anarquía y la es- pontaneidad con la que se desarrolló la experiencia. No creo que quepa mayor organización”, agregó @interdigi.

 

Algunos, como @k4t4, pensaron inicialmente que hubiera sido bueno tener cierta organización, “establecer turnos para que las perso- nas respondieran más en orden […] pero hacerlo de esta forma también lo hacía más fresco e inesperado, además que así podían participar más personas y cuando cada una pudiera”.

 

También pareció haber consenso en la necesidad de algún tipo de facilitador o moderador para llevar el relato a buen puerto. Como dijo @sanchez_josemi, “siempre debe haber un guía o por lo menos alguien que establezca unas pautas. Giros en el guión que sean inamovibles y que los decida una sola persona a dos. Pero aún seguiría siendo algo caótico. Se podría hacer algo curioso, pero no algo bueno. Eso es im- posible”. Por su parte, @lamarmar expresó agrado: “[es] la forma libre y casi sin reglas, el hecho de que de vez en cuando tú le dieras forma me pareció acertado y a la vez motivador”, e @jlori incluso sugirió “que el impulsor del proyecto asumiera mayores funciones autorales en la composición del relato final” e introdujera unas mínimas reglas para permitir “un crecimiento orgánico y no lineal del relato”.

 

Conclusiones

La experiencia del relatweet sirvió mucho para el aprendizaje no solo del funcionamiento de la creación literaria en Twitter, sino, en ge- neral, de las limitaciones y ventajas de esta herramienta, y arrojó las siguientes conclusiones:

 

El carácter colectivo del relato hizo que los usuarios conciban la obra como una aventura conjunta en la que todos deben remar jun- tos pero nadie se siente con autoridad para hacer giros drásticos en la acción ni tomar decisiones clave en la línea argumental, quizás para no condicionar demasiado al resto. Hubo un deseo de aportar, pero sin correr riesgos. Por eso, por momentos, la acción se estancó y se sucedían los tweets con descripciones que no hacían avanzar el relato. Podría decirse que en el relatweet la libertad del otro define dónde empieza la tuya, y al revés, tu libertad en cierta medida coar- ta la del que escribe a continuación, porque lo condiciona.

 

La diferencia horaria entre los distintos colaboradores dificultó la participación y el seguimiento del relato. La gente que escri- bía por la mañana y desaparecía por la tarde se encontraba al día siguiente con un panorama completamente distinto.

 

Los propios usuarios se encargaron de rectificar el rumbo de la na- rración cuando se introdujeron elementos confusos o incoherentes en el relato, y para ello se recurrió a ingeniar sueños o “efectos de pastillas” para justificar salidas de la línea argumental.

 

Gracias a la diversidad de los colaboradores, el lenguaje incluyó modismos propios de los distintos castellanos de Iberoamérica, pero sin llegar en ningún momento a dificultar la comprensión para el lector general.

 

La concentración de los colaboradores en el desarrollo de la tra- ma hizo que se pasaran por alto cosas tan elementales como el nombre del protagonista principal, y a alguno de los personajes se le cambió de nombre varias veces, como Sonia, Susana y Ana.

 

La paradoja de los seguidores: al comienzo del relatweet, parecía que no tener un alto número de seguidores limitaría las posibili- dades narrativas y habría menos colaboración; sin embargo, por otro lado, haber tenido demasiados seguidores hubiera podido generar problemas para coordinar las distintas respuestas que se hubieran dado a la vez, un problema del que alertó el experto en tecnología de The New York Times, David Pogue, en un co- rreo electrónico. “He oído de experimentos en esta línea, pero no estoy seguro de cómo funcionaría. ¿Cómo logras mantener el orden? Si yo dijera (en mi Twitter) ‘Había una vez’, obtendría 50 respuestas de una vez: ‘había una vez un oso; había una vez un hombre; había una vez tres cerdos’”. En el caso del relatweet, esto no se dio, y solo en una ocasión hubo dos tweets que más o menos coincidieron en el tiempo y entre los que hubo que elegir.

 

¿La duración ideal? Inicialmente no se tenía previsto poner un plazo para terminar el relato, pero ante la drástica caída en la participación, después del tercer día, hubo que limitarlo a una semana. La conclusión es que resulta difícil mantener el interés en un proyecto como este durante demasiado tiempo.

 

¿Quién lo termina? Relacionado con lo que se decía al principio, el carácter colectivo del relato hace que los colaboradores sean reacios a terminar el relato, a matar la ilusión conjunta y a ponerle fin al juego, y por eso prefieren ceder ese “honor” a otro. Nadie se quiere jugar y ponerle fin a un proyecto común sin sentir que tiene suficiente apoyo social para hacerlo.

 

Después de esta primera experiencia exitosa de creación litera- ria en Twitter, sería interesante volver a plantearla incorporando algunos de los aprendizajes adquiridos y comparar los resultados de ambos textos. En los meses transcurridos desde que se publicó el relatweet, esta red social se ha hecho cada vez más popular y conocida, con las ventajas e inconvenientes que eso implica, y se han lanzado nuevas iniciativas similares, como el Cadaverex impulsado por la información.es.

Referencias
Aristotle (IV a. C.), Poética.
Breton, A. (1930). Le Cadavre Exquis: Son Exaltation.
Sagolla, D. (2009). 140 Characteres. A Style Guide for the Short Form. Nueva Jersey: John Wiley and Sons.
VV.AA. (2009). “Terminalo vos”. En línea: http: http://www.alleydegui.com
Artículos, posts y entrevistas sobre el relatweet
Allendegui lanza un relato colectivo en Twitter.

En línea:
http://www.ecuaderno.com/2009/11/30/allendegui-lanza-un-relato- colectivo-en-twitter/

El “relatweet” de Allendegui. En línea:
http://www.diariodenavarra.es/20091206/culturaysociedad/el-relat- weet-allendegui.html?not=2009120601545771&idnot=2009120601545 771&dia=20091206&seccion=culturaysociedad&seccion2=culturaysoc iedad&chnl=40&ph=108
Juan Andrés Muñoz y el relatweet “Terminalo vos”. En línea:
http://w w w.scriptor.org/2010/01/juan-andr%C3%A9s-mu%C3%B1oz- y-el-relatweet-termin%C3%A1lo-vos.html
Termínalo vos, el primer relatweet. En línea:
http://www.gentedigital.es/blogs/gentedeinternet/32/blog-post/3252/ terminalo-vos-el-primer-relatweet/

publicado junio 13, 2011 por universosbajocero

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